Cuando se habla del establecimiento de un nuevo orden mundial la mayoría de las personas actúan con cierto grado de indiferencia y dejadez, porque lo interpretan a la luz de la conducta social religiosa. Casi nadie se detiene a pensar en la agenda LGTB y en las acciones de Madonna, Britney Spears, Tokisha, y otros famosos.
La mayoría de las personas, en especial nuestros jóvenes y niños, impresionados por la fama, el lujo y los seguidores, no lo ven como una forma de decadencia social y moral que está afectando a creyentes, ateos y hasta a los espiritualmente confundidos.
Con la excusa de que son imparciales algunos medios de comunicación callan o usan el morbo para su autopromoción. Sin embargo, la imparcialidad no es lo mismo que la irresponsabilidad o la indiferencia. Las continuas manifestaciones de la agenda LGTB son una problemática social que amenaza el bienestar emocional, la salud mental, la integridad social, moral, cultural y espiritual de nuestros pueblos y pone en peligro la parte más vulnerable de los sistemas familiares, nuestros hijos.
Es fácil decir que los niños y jóvenes son el futuro de los pueblos, lo difícil es darse cuenta de que el futuro de nuestras naciones corre peligro si cae en manos de niños y jóvenes que están siendo adoctrinados y entrenados lentamente para perder su identidad y con ella su voluntad, mientras los medios de comunicación, los sistemas escolares y los padres guardan silencio.
Es alarmante ver que las redes sociales y los medios de comunicación cada vez más están siendo bombardeados por una cantidad ilimitada de programas de televisión, con contenido sexual y en especial referente a la homosexualidad y el lesbianismo, sin que parezca que a nadie le hace mal. Plataformas reconocidas como Disney, Netflix y otras ya no tienen un solo programa que promueva los valores o la conducta heterosexual como una conducta sexual y moral estable.
La promoción masiva del lesbianismo y la homosexualidad, ha llegado a todas partes, desde el beso de Madonna y Britney Spears en el 2003 hasta los nuevos acontecimientos Madonna y Tokisha y para terminar los hijos de los famosos como Will Smith, Ben Affleck y otros que ahora se manifiestan públicamente como sexo binario o indefinido.
Es impresionante ver la naturalidad con que algunas personas aceptan estas informaciones sin siquiera inmutarse, pero es más preocupante ver que la mayoría de los medios y periodistas guarden silencio frente a esta realidad.
La verdad es que, la gente es libre de pensar y decir lo que quiera, pero mientras muchos callan, el mal avanza sin que nadie lo detenga y encima los padres y autoridades guardamos silencio como si nada estuviera pasando.
Pero cual sería tu actitud y tu respuesta si tu hijo joven te dijera con cara de felicidad, después de esta Madonna será inmortalizada y #Tokisha va directo a un Grammy.
Mientas Madonna se inmortaliza por su falta de temor de Dios, su vulgaridad y su evidente falta de cordura junto a Tokisha quien va en camino a un Grammy, creando ruido social como estrategia de marketing LGTB. Sus jóvenes seguidores van rumbo a la depravación sexual, el adormecimiento moral, la pérdida de su voluntad personal, identidad sexual.
En lo personal pienso que no es justo destruir la espiritualidad, los valores y la cultura que son patrimonio común de nuestros pueblos sólo por el placer de obtener la fama individual momentánea. Entonces si los padres, los periodistas, cronistas de arte y la sociedad guardan silencio. ¿Quién se hará responsable y cuál será el destino final de nuestra humanidad? ¿Qué pasara con la procreación? ¿Qué clase de mundo estamos dejando a nuestros hijos y nietos? ¿Y tú Callaras?…